31 de enero de 2011

0256- TENER HIJOS, OPCIÓN O DEBER.

Que nadie piense que lo de no querer hijos es algo nuevo. Sé de primera mano que no es fruto de la modernidad, si no del egoísmo inteligente.
Un 80% de las parejas sin hijos dejan de tener descendencia por dificultades para concebirlos con normalidad pero, alrededor del 20% y por razones diversas, no quieren tenerlos. 
Las interpretaciones son tan variadas que es difícil resumirlas. Comodidad, miedo al futuro, al dolor y a la responsabilidad de criarlos adecuadamente, suelen ser los principales factores que hacen que una pareja se plantee el no querer hijos.
Aunque no necesariamente, en la mayor parte de los casos suele crearse un problema de pareja, ya que la decisión al respecto suele ser unilateral, pero el desacuerdo suele solucionarse rápidamente puesto que el miembro que plantea el no a la procreación suele convencer a su pareja más pronto que tarde. El tema es tan importante que, cuando una persona no quiere tener hijos, debe plantearlo antes de formar una pareja estable y sin coaccionar a la parte contraria.

En la mayor parte de los casos este tema no se ha hablado adecuadamente. 
Después de varias citas y el consiguiente compromiso de la pareja, incluso después del matrimonio, es cuando uno de ellos suele proponer a su pareja la posibilidad de no tener hijos. 
En principio el asunto no se toma con la debida seriedad o bien se cree que solo hace falta un poco más de tiempo para que el deseo de tener descendencia llegue. Sin embargo, no siempre es así y son muchas las parejas en las que uno tiene muy claro que no quiere tener hijos, mientras el otro los anhela con toda su alma. 
Naturalmente son muchas las parejas que actualmente retrasan mucho el tener hijos. Unos para disfrutar de la vida, otros para asentarse profesionalmente, encontrar la casa adecuada... 
Desde luego el disponer de los medios necesarios para llevar la familia adelante, suele ser una de las prioridades pero, cuando se entra en esta dinámica, puede suceder que alguno de los componentes de la pareja empiece a pensar que ese aplazamiento podría ser para siempre. Y ahora, ¿qué hacemos...?

Como he dicho antes, las razones son variadas pero quedan perfectamente resumidas en una sola palabra: EGOÍSMO. Miedo a perder libertad, miedo a repetir patrones que consideran negativos de sus mayores, no verse suficientemente capacitados para asumir la paternidad, querer dedicar la totalidad de sus esfuerzos a un objetivo laboral o meta determinada, suele ser la forma de pensar de estas personas.
Aunque la idea de la familia tradicional todavía está muy presente, ya nadie se escandaliza ante personas con este criterio. Es una forma de vida y por muy egoísta que sea nuestra forma de pensar, todos queremos vivir en libertad. Cuando el retraso se hace patente, los padres suelen preguntar: ¿cuando nos haréis abuelos?. Sin embargo esto no debe amilanar a quien tomó su decisión en contrario. Sus padres ya tomaron en su día la suya y esta es la de sus hijos.

En los tiempos actuales, es lógico pensar que las familias numerosas son cosa del pasado. 
De todas formas el tener un número corto de hijos, va en relación con la mayor cultura y poder económico de los padres. 
De los 35 países más ricos del mundo, solo tres de ellos tienen hijos suficientes para reemplazar a la población existente. En Alemania, un 30% de las mujeres nacidas a partir de 1.965, no tienen hijos y naturalmente no por problemas económicos o de fertilidad, si no por la sencilla razón de que no quieren tenerlos. 
Está claro que, tal como se ha dicho antes, plantear este deseo a tu pareja es lógico y obligado.

Ante la pregunta del por qué de esta determinación, la respuesta es fulminante:
- Prefiero mil veces más viajar que cambiar pañales, hacer un postgrado en vez de pagar maternal y colegio, cambiar de automóvil cada año que comprar triciclos, ir a buenos restaurantes que gastar el dinero en papillas y potitos -dice una ejecutiva de 35 años.
Sin embargo, optar por no tener hijos aún se ve como un crimen. Los contertulios siempre reaccionan mal y no falta nunca quien hace la pregunta:
- ¿Por qué?, ¿no te gustan los niños?.
Realmente no es fácil defender la posición. La respuesta sin embargo fue adecuada:
- Si me gustan, sí. Pero en la casa de los demás. Cuando era más joven tenía ese sueño pero, con la edad, las ideas fueron cambiando...

Yo no digo nada, pero algo tendrá el agua cuando la bendicen...
Realmente las mujeres no siempre tienen hijos por el vehemente deseo de ser madres. Muchas veces lo hacen por satisfacer a los padres, abuelos y especialmente a sus maridos. 
En muchas otras latitudes y por muy cruel que pueda parecernos, algunas veces, la maternidad puede ser incluso un seguro para la vejez. Por lo tanto, cuando esa necesidad asistencial no se considera imprescindible y la preservación de la especie está garantizada, ¿para qué traer hijos a un mundo injusto y superpoblado?.
Claro que esa es la opinión de los que no quieren tener hijos... ¡no la mía!.

RAFAEL FABREGAT

29 de enero de 2011

0255- ANTIGUOS NEGOCIOS DE CABANES. (1ª parte)

TINTORERÍAS.- Aunque tengo noticias de que había dos negocios de tintorería en Cabanes, ambos ubicados en la calle Capitán Cortés, actualmente carrer de la Font, yo solo recuerdo uno. Concretamente estaba ubicado en el número 71 de la citada calle y estaba regido por unas hermanas que allí mismo tenían su domicilio. Con el rótulo de "Tintorería Marín", que lucía esplendoroso en el balcón de su casa, las hermanas, apodadas "Les Caparrilles", ayudadas por su madre hacían el tinte de la ropa, planchado y adecuación de las prendas encargadas, que salían de sus manos como si de ropa nueva se tratara. Eran consideradas como muy guapas y de un tipazo fuera de lo común, por lo que eran muchos los chicos que suspiraban por ellas. Sin embargo ninguna se casó en Cabanes y al morir su madre marcharon del pueblo para establecerse en Oropesa, casándose allí. No hubo nadie más que cogiera el negocio como tal, pero sí la representación de algunas tintorerías de Castellón limitándose, en este caso a la recogida y envío de las prendas y posterior entrega a domicilio. Sin embargo, el "salero de les Caparrilles" quedó en la mente de los jóvenes de entonces, como tantas cosas de la mítica década de "los 60".

RELOJERÍAS.- Dos también han sido los relojeros oficiales que hemos tenido en el Cabanes de la segunda mitad del siglo XX. 
Ambos podían reparar el más pequeño de los relojes de señora y el reloj del campanario de nuestra iglesia parroquial.
El primero de ellos fue "Rogelio el Rellotger", con domicilio y taller en el número 49 de la calle de San Mateo o "Carrer de Dins", aunque la citada casa también tenía acceso por la calle Algibe. 
Excelente persona, Rogelio atendía las necesidades de todos aquellos que le planteaban cualquier desperfecto de sus relojes, a la vez que también podía venderte algún modelo que necesitaras. Realmente era agricultor y esta labor la solía desempeñar en las primeras horas de la mañana o últimas de la tarde, según la temporada.

El segundo profesional en el oficio era "Vicentico el Rellotger" que vivía y tenía su taller en el número 105 de la calle Delegado Valera o "carrer de Castelló". 
Por aquel entonces, Vicentico solo tenía unos veinte años y era portero oficial del C.F. CABANES, puesto que defendía con gran honor y valentía. 
Todos aquellos aficionados al fútbol que ya peinan canas, le recuerdan todavía como una de las principales figuras que ha tenido la localidad para el desempeño de este puesto en el campo.
En aquellos tiempos y en estos pequeños pueblos, los campos eran entonces de dura tierra y alguna piedra. Su pundonor y valentía hicieron que se fracturara la columna, en una de aquellas paradas inverosímiles y el gran portero de nuestro equipo de fútbol quedó lesionado, no volviendo a ocupar jamás su puesto bajo los palos. Ignoro si en algún momento de su vida le habrán hecho algún homenaje al respecto pero, si no fue así, el pueblo de Cabanes se lo debe. Afortunadamente, con el paso del tiempo, "Vicentico el Rellotger" se recuperó y pudo hacer una vida prácticamente normal, pero nada fue como antes. Parte de su vida y de su salud se la brindó a su querido club y a la afición cabanense.

LICORES.- Vinos y licores se han vendido en multitud de casas de Cabanes y por un sinfín de personas, además de tener en cuenta que también los bares y tabernas de la época vendían al detall todo cuanto la clientela demandaba. Pero licores, lo que se dice tienda de licores, solo hemos conocido una. 
No sería necesario decir que esta tienda era la de José el de Babiloni, ubicada en el número 20 de la calle del General Aranda, hoy "carrer de la Fira" y esquina a la plaza de José Antonio Primo de Rivera, hoy "plaça de la Constitució".
Era una tienda emblemática, pequeña, una especie de santuario que solo ocupaba el pasillo de entrada a la casa y si acaso el pequeño cuartito que había entrando a mano derecha.
Nunca cerradas con llave las puertas de entonces, al abrir el picaporte y mientras salían a atenderle, el visitante se deleitaba aspirando el dulce olorcillo de los diferentes toneles que apilados en aquel estrecho pasillo impregnaban el ambiente con sus diferentes aromas. 
Anís, mistela, brandy, crema de café, absenta, ginebra, quina, etc. embriagaban los sentidos acortando la espera. José, además de comerciante en vinos y licores, era un artista del pincel al óleo. Decenas de cuadros llenaban las paredes de aquel pequeño cuartito y todos quedábamos embobados en su contemplación, ante la perfección de algunos de ellos..

FLORISTERÍAS.- Hasta bien entrada la década de los 80 nunca hubo en Cabanes floristería, pero sí había servicio. Lo había porque eran poquísimas las personas que gastaran unas pesetas en flores, ya que las existencias de material eran realmente limitadas. Los vecinos, en las diferentes fincas, tenían pequeñas casetas donde cobijarse en caso de lluvia y en su alrededor plantaban algunas matas de diferentes flores, principalmente rosales o crisantemos y de esta forma tenían flores en Mayo y para la festividad de Todos los Santos. Sin embargo no todos tenían esa predisposición y llegada la fiesta en cuestión, o alguna otra en la que precisaran un ramo de flores, acudían a "Pilar la dels Llavadors", casada con "Vicent el de Magín" que, teniendo gran afición a las plantas y con un gran patio trasero en su casa, número 12 de la calle Capitán Cortés, hoy carrer de la Font, criaba multitud de ellas y en cualquier época del año podía proporcionarte un ramo. 
El precio también era asequible y eran muchas las personas que acudían a pedir lo que, aunque pagando, casi se consideraba un favor. Ya mayor y teniendo amistad con "Mari Carmen la Pariseta", Pilar enseñó a ésta el oficio y muy pronto fue Mari Carmen la que, en su casa de la calle Poncio Torrelas, puso en marcha un negocio que pronto se vislumbró próspero.
A pesar de los varapalos que da la vida, la floristería de Mari Carmen prosperó y unos años después compró una céntrica casa en la "plaça dels Hostals", hoy calle de Guillermo Andreu. La vida te da una de cal y otra de arena. Es el tesón, o la necesidad, lo que hace que las personas prosperen. Sin embargo, hace falta ser luchador para conseguirlo y ella lo era.
Hasta entonces, la gente de Cabanes jamás había gastado una sola peseta en flores, ni siquiera en fiesta tan propicia como es la de Todos los Santos, pero aquello cambió con la floristería de Mari Carmen. Estábamos en los 80 y los tiempos de posguerra y franquismo ya habían quedado atrás.
Aunque sin antecedentes sobre el particular, la gente empezó a comprar y a regalar flores y el negocio ya no se limitaba a la fecha del 1 de Noviembre. También en bodas, comuniones, onomásticas y cumpleaños el regalo de un ramo de flores, o un centro de mesa, era agradable y bien recibido. Día de los enamorados, de la madre, etc. eran propicios para ello. Gastar en flores indica un cierto nivel de modernidad y eso es lo que Mari Carmen había conseguido de los cabanenses. Claro que para ello hace falta dinero y por mucho que fuera mérito de sus habilidosas manos, está claro que el éxito de su floristería indicaba que la economía estaba en un buen momento.

RAFAEL FABREGAT

28 de enero de 2011

0254- LA CENA DE LOS IDIOTAS.

Escrita y dirigida por Francis Veber, tuvo en su momento el aplauso de crítica y público, por la genialidad y agudeza de su contenido. 
Presentada como esperpento cómico, que despierta en muchos momentos la sonrisa del espectador es, en el fondo, una crítica a la crueldad de quienes manejan la vida de los demás. Pero vayamos al argumento...
En una cena histórica, el anfitrión se reúne el lunes 24-1-2011 con amigos en su casa (que es la de todos) disputándose el honor de ser el que lleve al invitado más idiota.
Aunque durante casi siete años el anfitrión ha ganado siempre la apuesta, hoy ha sido incapaz de encontrar para la cena al incauto candidato, por lo que se deja aconsejar por el vicepresidente del negocio que lleva entre manos, que le indica que en esta ocasión especial no es necesario que se trate de una persona física, si no que puede valer la representación de un colectivo.
El anfitrión no entiende exactamente la propuesta, pero los invitados hacen acto de presencia y procede a recibirlos, disimulando la probable desventaja en la que se encuentra. La cena se desarrolla con normalidad y en un espíritu de compañerismo y cordialidad entre los presentes, sin que nadie empiece a hablar del obligado asunto que les reúne, ya que tampoco sus amigos han llevado candidato alguno.

Como es costumbre de inevitable cumplimiento, de esa cena tiene que salir el amigo idiota y nadie sabe como proceder, para que el temido honor no recaiga sobre ninguno de los presentes. 
La situación es nueva, extraña. 
Todos están esperando el momento y la forma de demostrar quien es el que ha conseguido llevar al más imbécil de los candidatos, cuando en realidad solo están ellos tres en la mesa.
Está claro que, ninguno de ellos puede ni quiere ser el idiota del día, pero no saben como salir
airosos de la situación en la que se encuentran. 
De pronto...
¡Eureka! Al anfitrión le vienen a la mente las palabras de su vicepresidente y ve clara la solución del problema. 
Carraspea y se dirige a los presentes...
- Sabéis que es norma obligada que de la cena salga el invitado idiota -dice el anfitrión.
- Lo sabemos, pero no hemos podido encontrar a nadie -exclaman los invitados disgustados.
El anfitrión queda cabizbajo meditando sus próximas palabras. En la mesa no hay nadie más y cargar el dudoso honor sobre alguien que no esté presente...

- ¿Que os parece si le damos este honor al pueblo? -propone el "dueño" de la casa.
- ¿Al pueblo? -preguntan extrañados los invitados.
- ¡Al pueblo sí!. Vamos a retrasar la jubilación dos años, a menos que hayan cotizado 38,5 años o más. Y por si esto fuera poco, el periodo de cálculo será de 25 años, en lugar de los 15 actuales.
- Pero hombre, ¿aceptará el pueblo esta barbaridad? -dice uno de los invitados.
- Eso solo puede aceptarlo un idiota -recalca el otro.
- Pues eso amigos -remacha eufórico el anfitrión viéndose ganador, una vez más.
- Ya tenemos a los idiotas de hoy. Pasemos al salón a celebrarlo con una copa. Por cierto, ahí tengo unos puritos que me mandó el otro día un amigo desde la Habana...
- Ah, pero... ¿Aquí se puede fumar? -dicen los invitados expeliendo una gran bocanada de humo.
- Hombre, aquí... ¡Aquí, se puede todo!.

RAFAEL FABREGAT

27 de enero de 2011

0253- APICULTORES DE CABANES.

La verdad es que, en Cabanes, siempre ha sido irrelevante el número de personas dedicadas al negocio de la miel. Sin embargo sí han sido muchísimos los que han tenido colmenas para el uso y disfrute particular de este exquisito producto natural.
Desde tiempo inmemorial y debido principalmente a la pobreza de aquellos tiempos, gran cantidad de vecinos de Cabanes tenían un par de colmenas en alguna finca de montaña, que les permitían recolectar la cantidad necesaria para el disfrute familiar de la miel, como simple sucedáneo del azúcar o exquisito manjar de esporádico consumo. Todos conocían a groso modo el sistema de mantenimiento y multiplicación de las colmenas y el de extracción del preciado néctar. Naturalmente estos recolectores no disponían de adelanto alguno y se limitaban por tanto a cortar los trozos de panal que la colmena permitía y los consumían directamente, masticando las celdillas y expulsándolas después de extraer la miel. Solo aquellos que tenían mayor cantidad (4/6 colmenas) aunque de forma rudimentaria, normalmente por decantación, sacaban la miel del panal almacenándola en botes de cristal o jarras de cerámica. Estos productores que trabajaban la miel en cantidades superiores a las necesidades de su hogar, tampoco negociaban con el producto, sino que era una forma de regalo a parientes y amigos o, como mucho, para trueque con ellos. 

Nadie, que yo conozca, producía miel en Cabanes (antes de 1.950) en cantidad suficiente para poder considerarlo una forma de trabajo y negocio. 
El primero, del que yo tengo constancia, dedicado a la producción de miel a media escala fue "Elietes el de Peleto" el cual, en sociedad con "Vicent el Sanco", formaron un tándem que manejó gran número de colmenas que con cierta frecuencia cambiaban de lugar y que incluso trasladaban a otras provincias. La miel, de varios tipos y procedencias, era almacenada en grandes bidones de 200 Kg. o más y comercializada al por mayor. Sin embargo a "Elietes" este negocio le vino a una edad bastante avanzada y, por ésta u otras causas que desconozco, solo llegó a trabajarlo una década escasa. Esto no supuso el cierre del negocio ya que "Vicent el Sanco", siguió unos años en solitario y posteriormente lo compartió con su hermano "Pepe" que, a final de cuentas, ha sido el último que ha desempeñado este trabajo en la localidad.

El mayor esplendor del negocio de la apicultura en Cabanes, se alcanzó en los últimos años de sociedad entre "Elietes" y "Vicent" y también en los primeros de "Vicent" en solitario. Con su hermano Pepe, llegaron a tener camión propio para el desarrollo del negocio, pero el negocio decayó y el camión acabaron vendiéndolo. 
Vicent complementaba sus ingresos familiares con el trabajo de sus tierras y con el de chófer y encargado del camión de la Cooperativa de Cabanes. También aprovechaba los acarreos de almendras y otros materiales de la Cooperativa para trasladar sus cajas, así como para hacer llegar la miel a sus clientes. Hoy, todo más mecanizado pero también mejor aprovechado, el negocio de la miel es más rentable que nunca, pero precisa dedicación completa. 

Ya no solo es el aprovechamiento de la miel, si no el del polen, la jalea real, etc. Sin embargo en Cabanes este negocio puede darse por finalizado.
Aunque es probable que mantegan algunas cajas de colmenas, ambos hermanos están ya jubilados y nadie ha seguido desempeñando esta labor a gran escala. 
Es posible que algún aficionado de cierta edad tenga alguna caja por alguna ladera, pero nada más que eso.
En Cabanes, la apicultura empezó
con Elietes, Vicent y Pepe y con ellos ha terminado. Como he dicho anteriormente, teniendo abejas cientos de personas, nuestro pueblo no ha sido nunca lugar de negocio para este tipo de explotaciones. Como en tantas cosas de la vida se dice que el negocio de la miel mueve millones, pero ninguno de ellos llega al productor, que prontamente pierde su interés por esta labor. También las colmenas para consumo familiar han desaparecido. Aquellos antiguos aficionados se jubilaron y la juventud actual nada quiere saber de esta clase de trabajos y miserias. Ellos van a los suyo y hacen bien. 

Todo lo que se hace por afición, tenga o no rentabilidad, se da por bien empleado. Sin embargo, en lo que a trabajo se refiere, cada uno tiene que desempeñar su labor y hacerlo de la forma más correcta y profesional posible. Lo que se hace a gusto, no cansa. 
Admiro a todos los aficionados al bricolaje que aprovechan vacaciones y fines de semana para mejorar y atender las necesidades de su casa y está muy bien que lo hagan, siempre que sea por afición. 
Si ésta no existe, lo que se consigue no son trabajos admirables que ahorran un dinero a las arcas familiares, si no chapuzas que cuestan dinero y no dan solución duradera a las necesidades. ¡Zapatero... a tus zapatos!

RAFAEL FABREGAT
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Entrada dedicada a Aroa Bellmunt.

26 de enero de 2011

0252- FIESTA DE LA VENDIMIA EN CABANES.

Debo empezar diciendo que Cabanes nunca celebró fiesta alguna por este concepto. Sin embargo, por muchos esfuerzos que conllevara, la llegada de la vendimia era una fiesta para todos pues suponía la recogida del fruto tan largamente esperado. Un fruto, el único, que también llegó a las casas de los pobres y que suponía por tanto la fiesta generalizada que el título recoge.
Como ya he comentado en otras entradas, en la primera década posterior a la Guerra Civil española, aparte algunos campos en altura que contenían algunos árboles de olivos y algarrobos, aislados y nunca plantados en hileras homogéneas, inicialmente la práctica totalidad de los campos de cultivo en llano, normalmente emplazados en las proximidades de la población, eran todos destinados a la siembra de cereal. Otra cosa eran los ubicados en la parte costera (Ribera) que por clima y posibilidad de regadío se dedicaban a diferentes tipos de huerta, almendros y los primeros huertos de naranjos.

La nula rentabilidad del cereal hizo abandonar la siembra y convertir el llano cabanense en viñas de pie híbrido americano, resistentes a la filoxera. Aunque esta plaga tuvo su máxima incidencia mundial a mediados del siglo XIX, en España y concretamente en la región valenciana no llegó hasta principios del siglo XX (1.906). Momentáneamente la solución fue dedicar los campos a la siembra de cereal que en la meseta, con importantes latifundios, tenía buena rentabilidad.
Sin embargo en nuestra zona, donde la tierra está repartida en pequeñas parcelas (minifundios) la siembra y recolección de la mies, en un trabajo totalmente manual, apenas permitía obtener un escaso jornal insuficiente para alimentar a la familia. Había que hacer algo que pusiera rápida solución al problema y ésta fue la plantación de pie híbrido americano sin injertar. Ya probadas había algunas variedades, principalmente "Señorito y Edo", que tenían buena producción y calidad aceptable. Este tipo de viña no solo era resistente a la filoxera, sino que también lo era a las enfermedades propias de la vid, lo que hacía innecesarios tratamientos de fumigación.

El cambio fue rápido y la década de 1.950, que se inició con un porcentaje altísimo de siembra de cereal, acabó prácticamente siendo viña en su totalidad. Solo cuatro campos aislados, por diferentes intereses personales, siguieron sembrándose. Acabaron las grandes concentraciones de garbas de trigo y cebada, en los campos donde se emplazaban las máquinas que separaban el grano de la paja, de la misma forma que unos años antes habían acabado los trabajos en las eras particulares, con los mulos arrastrando pesados trillos y a toda la chiquillería que quería subirse en los mismos. Los campos de viña, ya con 6/8 años de vida, empezaban a dar las primeras cosechas abundantes. Con una media de 1.000 kilos por hanegada y a un precio que en el comercio solía estar sobre las 2/3 pesetas por kilo, la gente sonreía con placer. 

Obtener cosecha equivalente a 10.000 pesetas por cada jornal de tierra de secano, era algo inimaginable apenas unos años atrás. La gente lo plantó todo y prontamente la entrada de dinero se notó en la población, especialmente en la mejora de las casas y compra de los primeros tractores. 
Sin embargo alguien pensó que aquello podía superarse y algunos socios de la Cooperativa Agrícola de Cabanes propusieron a la Junta Rectora que estudiara la posibilidad de construir una Bodega que comercializara sus cosechas. Aunque los diferentes comercios seguían teniendo algunos clientes habituales, hacia 1.960 la construcción de la Bodega de Cabanes era una realidad. Finalizada ésta y elaborada y comercializada la primera cosecha, pronto llegaron los primeros resultados alentadores. 

La Bodega-Cooperativa liquidó a los socios entre 1 y 2 Ptas./Kg. por encima del precio que habían pagado ese año los comerciantes. Era lógico pues los comerciantes tenían que ganarse la vida. 
La noticia corrió rápidamente y nuevos socios entraron en la Sociedad hasta ocupar casi el 90% de la producción local. Ante la falta de clientes, los comerciantes particulares cerraron sus puestos de compra y solo la Bodega de 
Pastor, que aumentó precios pagando según graduación, siguió en la palestra. Siendo yo mismo el encargado de la báscula, puedo asegurar que a mediados de la década de los 70, la Bodega-Cooperativa llegó a entrar casi 7 millones de kilos en una sola temporada lo que, para un precio medio de 5/6 Ptas./kg. que se pagaban entonces, suponía una entrada de 40 millones de pesetas para un pueblo de 2.000 habitantes. Una verdadera fortuna en aquellos tiempos.

Ciertamente era todo un récord y una fuente de ingresos, nunca alcanzada y nunca mejor distribuida, puesto que el cultivo era generalizado. Toda tierra era buena para la viña.
Pero ¡ay!... La alegría de los pobres, dicen que dura poco. Al menos aquí y en este caso, así fue. Las nuevas plantaciones mundiales de viñedo, ya protegidas de la filoxera, empezaron a producir masivamente y no solo los precios bajaron si no que Europa pidió a España la eliminación de las viñas híbridas. En los primeros años de la década de los 80 y oportunamente subvencionado su arranque (60 ptas./cepa) las viñas de Cabanes y pueblos de la comarca, donde también se había extendido el cultivo, desaparecieron para siempre.

Lloviendo bastante más que ahora, la mayor parte optó por probar el cultivo de frutales en secano, que también dio buena rentabilidad durante un par de décadas. La cosa no pasó de ahí... Los precios de la fruta bajaron, en la misma proporción que las plagas y el precio de los pesticidas subieron. El boom de la construcción y la demanda de personal hizo que poco a poco el campo fuera abandonándose y hoy, cuando la obra está paralizada, el precio de los productos agrícolas es tan escaso que no invita a nuevas plantaciones. 
Nadie sabe cual es el futuro, pero todos sabemos que aquella época de esplendor, que supuso la llegada de la viña a Cabanes, difícilmente volverá. Mucho tendrían que cambiar las políticas actuales. Lo que un día fue motivo de orgullo y forma de vida, hoy no puede explotarse por falta de rentabilidad. Es la consecuencia de nefastas políticas que protegen los intereses de unos sectores, en detrimento de otros. Actualmente, tan solo los grandes latifundios pueden ser rentables. 

Por lo tanto, sin una correcta reparcelación, difícilmente se podrá sacar del abandono la agricultura de nuestra zona, extremadamente minifundista. Miles de fincas abandonadas se convierten en peligroso polvorín cada verano. Sin embargo nuestro tiempo ha pasado ya. Tendrá que ser la juventud, presente o futura, la que tome las riendas y devuelva a los pueblos y a las tierras el protagonismo que antaño tuvieron. Pero eso no será mientras las políticas actuales se mantengan. Son los gobiernos los que hacen que determinado sector de la sociedad prospere, o se hunda en el fango. Justamente esos políticos, que nosotros sentamos en el sillón, son los que hacen que la tierra (o cualquier otro negocio) sea rentable o tenga que abandonarse. Ellos manejan los hilos y ellos son los que hacen que la riqueza (o la pobreza) llegue a nuestros hogares. Nosotros, pobres infelices, no somos nada... ¡Simples marionetas que manejan a su antojo!.

RAFAEL FABREGAT

24 de enero de 2011

0251- HOY, CLASE DE RELIGIÓN.

La clase de religión, sea cual sea la cultura de cada lugar y momento, es obligada e inaplazable. 
Estudios al respecto indican que debe empezarse a edad temprana, puesto que es justamente en la primera etapa de la vida de una persona, cuando el cerebro es tierra fértil que todo lo admite y desarrolla. 
La religión, siempre unida al poder, es la primera de las asignaturas que éste siembra y cuyos frutos cosecha agradecido. 
Para quienes manejan los hilos, nada hay tan importante como la religión, puesto que la cosecha es la futura mansedumbre de la ciudadanía. Una mansedumbre voluntaria, basada en el miedo al más allá, no impuesta por un miedo al presente, que en algún momento podría disminuir.

Desde tiempos prehistóricos, el más inteligente de la tribu ya se convertía en hechicero, fomentando el miedo entre los componentes del poblado. 
Siempre unido al poder, el hechicero era el consejero del rey en todas las cuestiones de gobierno y control. Influía directamente en todas las decisiones y su voluntad era ley, no aprobándose nada sin su consentimiento. 
Los jefes de la tribu le consultaban todo y le agradecían cuantas plegarias y hechizos pudiera hacer en su favor y en el del colectivo.
Como en las religiones actuales, el hechicero era el representante de los dioses en la tierra y el que contactaba con ellos para implorar agua en tiempos de sequía o control de las inundaciones. Él ruega por la salud de las gentes y pide por una caza y cosecha abundantes o la victoria en la guerra. 
En contrapartida las gentes le aportan los mejores frutos y las mejores piezas de caza, con un respeto igual o superior al que se le otorga al jefe del poblado. 
Los pueblos tribales espiritualmente se sienten indefensos sin la intercesión de este personaje que les protege, que es quien implora por ellos al más allá. El hechicero, en contacto con dios, no solo vela por el alma si no también por el cuerpo y se convierte en adivino y curandero.

Tras estas religiones, que rinden pleitesía a un sinfín de dioses, llegaron las monoteístas y con ellas la propagación de la fe a través de verdaderos ejércitos de apóstoles-soldados que la muestran y propagan al mundo; sacerdotes que para convencer no siempre emplean la palabra, si no que abusan de su fuerza y de la debilidad del ser humano. 
En demasiados casos, es el miedo al presente el que obliga al pueblo a implorar por el futuro. Es el miedo a la tierra, el que obliga a mirar al cielo.
Las religiones que cuentan con mayor cantidad de fieles son el cristianismo y el islamismo. Normalmente todas han tenido numerosos episodios de propagación forzosa, en nombre de la fe. Contra lo que podría pensarse, la lucha por conquistar nuevas almas no ha finalizado. Aún hoy se sigue luchando por la expansión del cristianismo y especialmente del islam, que lucha denonadamente por ampliar su cobertura en el mundo. Una ampliación no siempre voluntaria que, como se ha dicho antes, en muchos casos obedece al miedo terrenal y no al divino.

El cristianismo está actualmente en una etapa de relajación y oscurantismo. Los templos cristianos ven disminuir día a día la práctica de la fe, mientras los islámicos ganan adeptos. Cada cual tiene una explicación sobre este fenómeno, pero todos coinciden en esta realidad. La sensibilidad y cercanía de los sacerdotes de antaño a sus feligreses también ha mermado y se ha convertido actualmente en aparente frialdad y lejanía.
El sacerdote ya no es amigo y consejero del feligrés, si no que se ha vuelto prepotente y distante. Su palabra ya no es el consejo de quien vela por tus intereses, si no la imposición intransigente de quien se cree único poseedor de la verdad, aunque él no la practique en la mayoría de los casos.

Ha cambiado la mentalidad de quien predica el evangelio y el feligrés, siempre persona sensible, se siente rechazado. Son ellos pues, los nuevos sacerdotes, los culpables de la falta de fe y es en las altas esferas de la Iglesia donde debe buscarse el remedio al problema. Los sacerdotes, son simples soldados de un ejército que funciona peor cada día. Sin embargo son los que ocupan las altas esferas los que deben predicar con el ejemplo. Menos política y más amor al prójimo podría ser el primer paso; el segundo quizás una apertura a los nuevos tiempos. Se dice que el desinterés de la juventud, es el culpable de que los templos estén cada día más vacíos pero ¿quien es el culpable de ese desinterés?. La mayor parte de las religiones ven aumentar día a día sus adeptos, mientras los templos cristianos están más vacíos cada día que pasa. Los viejos murieron y los jóvenes no acuden. ¿Por qué?.

Es en la cúpula donde se debe buscar a los culpables de que las iglesias católicas hayan visto desaparecer a sus feligreses.
Pueden ser muchos los factores pero, entre los más importantes, podemos seguramente anotar los muchos escándalos de abusos sexuales a menores y el férreo comportamiento de la Iglesia en tiempos tan democráticos como los actuales. Solo abriéndose al mundo, podrá la Iglesia volver al esplendor de tiempos pasados. El acercamiento es la única posibilidad de una religión actualmente anclada al pasado; pero no solamente el acercamiento al creyente, si no también en el seno del sacerdocio. El párroco de cada una de las iglesias católicas debe ser el primero en creer lo que predica y ello solo será posible cuando la libertad sea palpable entre sus miembros. 

La democracia debe entrar en la Iglesia, permitiendo el final del celibato, admitiendo a la mujer y respetando la homosexualidad. Son realidades que no se pueden ignorar y que poco a poco deberían ir incorporándose, para devolver a la Iglesia la alegría perdida.
Mientras el Cristianismo vacila, el Islam se hace más ambicioso y robusto. Ya son más de 20 millones (5%) los europeos que se identifican como musulmanes. Si la tendencia actual continúa, se estima que hacia el 2.030 serán el 15%, pudiendo llegar a una mayoría absoluta en cuestión de décadas. Si nadie lo remedia, en un futuro relativamente próximo, las magníficas catedrales podrían nuevamente convertirse en mezquitas.

Esta predicción no es nueva ni catastrofista, sino el resultado del descontrol de la inmigración y de la relajación de la Iglesia Católica. Para evitarlo Iglesia y Poder son los que, como principales interesados, deben poner los medios para frenar el avance de una realidad temida y perfectamente identificada. Nosotros, la gente corriente, somos meros espectadores de una función en la que no tenemos papel asignado. Sin embargo, no deben olvidar que somos uno de los tres pilares que pueden influir en la corrección.
Aparte de los cambios que la Iglesia puede propugnar para el resurgimiento de la fe y de los cambios políticos que los gobiernos adopten en materia de inmigración, un aumento de hijos en las familias cristianas podría y mucho ayudar a inclinar la balanza. De hecho, ese es uno de los factores que actualmente la inclinan en negativo.

RAFAEL FABREGAT

0250- MATAR EN NOMBRE DE LA FE.

¡Pobre dioses, cuantos asesinatos en su nombre...! 
Ilustrado con la foto de la derecha, que nos muestra una asamblea popular pakistaní, nos llega de Islamabat (Pakistán) la triste historia de las dificultades que siguen teniendo las mujeres de los países donde el machismo y la religión islámica siguen anclados en el pasado. En este aspecto, no hay evolución porque ésta no interesa a quienes dominan la situación.
Han llegado adelantos técnicos sí, pero no la igualdad entre hombres y mujeres. Como antes, como siempre, la mujer es simplemente la criada, el sexo disponible y la máquina de hacer hijos, nada más. La noticia, barbarie impropia del siglo XXI, es que la joven Saima Bibi de 17 años, habitante de la zona de Punjab, ha sido electrocutada hasta la muerte por su propia familia por el solo delito de amar a un joven que, a criterio de su familia, era de una casta inferior.

Noticias como esta nos sorprenden y horrorizan pero este no es un caso aislado ya que, según la Comisión de Derechos Humanos, entre 600 y 700 mujeres suelen morir cada año por "delitos de honor", nombre que estos salvajes asesinos dan a este tipo de asesinatos que no tienen otra justificación que la de mantener sus privilegios con respecto a las mujeres en nombre de un honor que no tienen ni merecen. La joven Bibi había iniciado relación con su vecino Dilawar y enamorados habían decidido casarse. La familia se negó al noviazgo, al considerar que el citado joven era de clase inferior a la suya. Los jóvenes no se amilanaron y se fugaron el mes pasado a Karachi, principal ciudad del país. Sin embargo, ante la promesa de sus familiares de que permitirían el matrimonio, la joven regresó al poblado. No era intención de su familia darle la justa libertad que imploraba, sino la fórmula para poder retenerla y usarla como ejemplo de lo que no se debe hacer en un país de salvajes que no dudan en asesinar a sus propios hijos, en nombre de la fe, pero con la única finalidad de mantener sus privilegios. 

La Asociación de Mujeres Progresistas ha documentado más de 8.000 casos de mujeres quemadas por sus familiares en los últimos 10 años, un hecho en aumento a medida que los fundamentalistas ganan poder.
Según versión de la policía pakistaní, que detuvo al padre (Abdul Majeed) y a otros cuatro familiares de la joven Bibi, hay pocas posibilidades de que los culpables sean castigados. Al parecer, la decisión de ejecutarla fue adoptada por el consejo del pueblo de Mouza Hakra, del distrito de la región de Bahawualpur que, reunidos en asamblea con los familiares y los notables de la comarca, decidieron la muerte a la niña como castigo al deshonor que significaba para la familia el no acatar las normas establecidas. Yusuf Raza Gilani, primer ministro pakistaní, fue informado del suceso y ordenó un exhaustivo informe para su inmediato estudio y aplicación del castigo pertinente. De todas formas, regidas por costumbres tribales, en el medio rural pakistaní son relativamente frecuentes las ejecuciones por deshonor. 

Mantener relaciones extramatrimoniales, o casarse sin el visto bueno de los hombres de la familia, se considera grave ofensa al honor de la familia y a la tribu a la que pertenezca la mujer, en un país en que la justicia es un bien escaso.
Al parecer el asesinato de Bibi ocurrió este pasado sábado y fue un vecino el que alertó a la policía de que sus familiares estaban quemando el cadáver de la joven, alegando que se había suicidado bebiendo pesticidas. El portavoz policial Zahoor Rabbani, en unas declaraciones telefónicas, ha afirmado que el cadáver de la joven presentaba indicios de tortura y quemaduras en cuello, manos y espalda causadas probablemente por electrocución y por agua caliente. El asesinato de la joven Bibi no es casual, si no uno más de los muchísimos (alrededor de 600 anuales) que se producen en Pakistán. Es la cruel tradición de una sociedad patriarcal, en la que las mujeres son tratadas como simples objetos de fácil sustitución. 

La cifra de 600 mujeres asesinadas cada año por esta causa, incluso se considera muy por debajo de la realidad, ya que muchas de ellas no son contabilizadas por estar ubicadas casi siempre en pobres aldeas rurales y por hacerlas pasar por suicidios.
Justo en esta provincia de Punjab, fue asesinado el gobernador Salman Taseer por parte de uno de sus guardaespaldas. El asesino confesó orgulloso el hecho, por la campaña que el gobernador hizo a favor de una cristiana (Asia Bibi), condenada a la horca por blasfemia. Unos años atrás pensaba yo que, con la facilidad con la que actualmente se propaga toda la información, sea cual fuere su origen y cultura la humanidad iría igualándose con rapidez. No solo desde el punto de vista económico, si no también en el cultural, el mundo iría acercando posturas y creencias que normalmente suelen suavizarse proporcionalmente al bienestar que se disfruta. Sin embargo y aunque siga pensando que mi idea inicial es válida, debo decir que la puesta en práctica está mucho más lejana de lo que creía en un principio. 

Hay demasiados intereses de por medio y es la propia humanidad, naturalmente los fuertes, los que lucharán con uñas y dientes para que este proceso se ralentice el máximo posible. Antiguamente el problema mayor era la falta de información pero, cuando por diferentes vías ésta ha quedado a disposición de todos los habitantes del planeta, la opresión es el arma que algunos esgrimen para mantener sus privilegios.
Mientras el hombre puede tener tantas mujeres como sea capaz de alimentar, el más mínimo desliz de una mujer puede costarle la vida. ¿Es que solo los hombres tienen honor y derechos?. Según el European Journal of Public Health, los responsables de estos asesinatos por honor son, en un 43% los esposos, en un 24% los hermanos y en un 12% otros parientes cercanos. Con esta gentuza por las proximidades... ¡mejor ser huérfana y quedarse soltera!.

RAFAEL FABREGAT

22 de enero de 2011

0249- CAMBIO CLIMÁTICO. Realidad o ficción.

¿Por qué -me pregunto yo- la humanidad vive en una mentira permanente?. Porque está claro que aquí cada uno va a lo suyo y difícilmente puede uno saber la verdad, en materia alguna. 
Especialmente cuando están en juego intereses.
A mediados de la década de los 70 y hasta bien entrada la de los 80, revistas de reconocido prestigio como Newsweek y Science advertían de la inminente glaciación que se produciría en breve y que cubriría todo nuestro hemisferio. Vaticinaban hambrunas catastróficas provocadas por un enfriamiento global y lo hacían de acuerdo con la opinión de la práctica totalidad de los meteorólogos consultados. 
The New York Times recogía que los científicos daban por cierto que el hemisferio norte había estado enfriándose desde 1.950. Se decía que había datos inequívocos y a partir de ellos se daban teorías que produjeron toda suerte de titulares y de documentales, como ocurre actualmente pero con el efecto contrario.
Afortunadamente se equivocaron pero... ¿Lo harán también ahora?. Lo más seguro, porque solo saben que no saben nada, pero de algo hay que vivir. Está claro que los científicos están divididos al respecto. Ni tienen claro de que exista el famoso Cambio Climático, ni tampoco de que sea el hombre quien lo haya podido producir. Ante tal división de opiniones, ¿que podemos hacer?. Está claro que todo cuanto se haga, necesario o no, será bueno para el planeta y para todos nosotros, pero si no están perfectamente probadas estas cuestiones, ¿por qué se lanzan al aire, preocupando a la humanidad?.

Da la impresión que, una vez más, esta nueva "amenaza" tiene más visos económicos que reales. Lo que sí está claro es que la humanidad en general es miedosa y el anuncio de catástrofes siempre encuentra oídos dispuestos a escuchar y a preocuparse, convirtiendo la mentira en verdad y las cuestiones verdaderamente preocupantes en nimiedades. Metidos en el siglo XXI, ya con la información a disposición de todo el mundo en general, se harán más necesarios que nunca anuncios de este tipo, que preocupen al personal y que hagan invisibles fenómenos como la moderna esclavitud. Unos lucrándose, mientras otros trabajan.
Las épocas feudales quedaron atrás, pero las cosas no han cambiado tanto. Sigue habiendo señores y vasallos. En un mundo tan informado como el actual, han de inventarse nuevos métodos de distracción, para que el trabajador cumpla su cometido y lo haga agradecido además por el "favor" que se le hace al concederle el trabajo que, a su entender, le hace libre. Es una simple cuestión de cambio de escenario, para una película siempre repetitiva. En el último cuarto del siglo XX fue la amenaza del enfriamiento global. Actualmente la del calentamiento, ¿cual será la siguiente?. Cuando lo del calentamiento global se haya difuminado en el tiempo, el mundo tendrá totalmente instalado el mercado global, que es lo que verdaderamente les interesa a los que manejan el cotarro. 

Y hoy, cuando ya se ve perfectamente por donde van los tiros, todos calladitos buscando trabajo y mirando al cielo agradecidos cuando se encuentra.
¡Ay, que listos son algunos y que tontos somos los demás...!
La verdad es muy simple, tanto que ellos mismos están alucinados de que seamos incapaces de verla... ¿Como van a decirnos la verdad?. Ni sobre esto, ni sobre nada. ¿Para qué, si somos incapaces de verla?. Además... ¡no les interesa que abramos los ojos!.
Hoy, como ayer y como mañana... unos trabajan y otros se llevan el dinero. Es lo lógico, lo natural, lo que ha sido siempre, ¿o no?. Y mientras ellos se frotan las manos eufóricos, nosotros hacemos cola para poder conseguir esas migajas. 
- ¡Y aún gracias! -decimos todavía. Los pobres, ya se sabe, solo pedimos salud y trabajo. Como uno más de los animalitos, seres indefensos de la naturaleza, primero buscamos pareja, después hacemos el nido, criamos a los hijos y ahí acaba todo. Actualmente, como se vive un poco más, los hijos nos "permiten" que llevemos a nuestros nietos al colegio y hasta dejan que los cuidemos para poder marchar ellos de viaje. 

Y nosotros contentos... ¡agradecidos, además!. Pertenecemos a esa época primaria en la que sentirnos útiles nos da felicidad y claro, siendo así, ¿donde está el problema?. Pues, sencillamente, en ningún sitio.
Se dice que formamos parte de "la generación del miedo" pero aquello, que en nuestra juventud nos hizo desgraciados, ahora nos hace doblemente felices porque, en nuestro interior, vemos más luz que los demás. Mucha más de la que ven aquellos que la vieron siempre.
También se llama la generación del no. De niños no tuvimos juguetes; ya adolescentes no nos daban permiso para llegar tarde a casa. No nos daban dinero más que para la entrada del cine y poco más. De todas formas, en tiempos de Franco, no estaba permitido estar en el bar más tarde de las 12 de la noche. Las chicas no podían salir de casa después de cenar. La mitad de las películas no podíamos verlas hasta los 18 años. No había discotecas donde poder arrimarnos a las chicas y solo el paseo estaba permitido. 

Como todo estaba mal visto, solo podías coger a la novia de la mano, pero no ponerle el brazo por encima de los hombros. Naturalmente no se podía fumar en presencia de los padres hasta que no fueras a la mili. Y esto no... ¡y aquello tampoco!.
Y con todas estas privaciones, ante las necesidades lógicas de la juventud... ¿qué ocurría, qué decía la juventud, qué pensaba?. Pues sencillamente... ¡nada!. Así eran las cosas y nada más. Cuando se vive en libertad el más mínimo roce enrojece la carne y dispara la aversión, pero en las épocas en las que la represión es normalidad, uno lo tiene asumido y nada espanta o repele. Como todos hemos observado, hoy que con los diferentes mapas del Tiempo y las imágenes del meteosat nos muestran como avanzan las diferentes borrascas y anticiclones, el simple hecho de que un frente frío viaje cien kilómetros arriba o abajo de determinada latitud, hace que en nuestro pueblo haga viento o que llueva en cantidades desproporcionadas. 

Quiere esto decir que el tiempo es caprichoso y que en determinada zona, según la dirección de los vientos, puede provocar grandes inundaciones o terribles sequías. 
Borrascas y anticiclones viajan por el planeta como siempre lo han hecho y depende de que nos toque una cosa u otra para que opinemos de diferente manera. Personalmente no creo yo que en este momento haya cambio climático alguno. En las ciudades, principales puntos donde las temperaturas se toman y se estudian, la temperatura ha subido sensiblemente. Naturalmente que sí, pero es porque esa misma ciudad nada tiene que ver con aquella que había cien años atrás en el mismo lugar; su superficie ha aumentado cuatro veces y diez su población y su industria. Mil veces los coches que circulan por sus calles. Así de sencillo. Son ciclos, que siempre han existido y que hace muy pocos años que se conocen en detalle. El clima es variable porque, para los fenómenos de la naturaleza, no hay caminos fijos; no hay un recorrido exacto que nos permita predecir el tiempo que hará en determinada fecha y lugar, pero esto ha sido siempre así. Si a esto sumamos nuestra corta vida y nuestra escasa memoria, queda dicho todo.

Se sabe que nuestro planeta, a lo largo de su dilatada historia, ha sufrido grandes cambios. Grandes glaciaciones y calentamientos globales que han modificado incluso la vida de sus habitantes. Sin embargo, entonces no había coches que enrarecieran el ambiente, ni aerosoles que aumentaran el agujero de ozono. Nada favorecía el tan cacareado efecto invernadero, con el que actualmente (algunos) pretenden cargarse la industria de ciertos países, que no la de todos. Al respecto, yo no tengo miedo alguno de las consecuencias que pueda producir la combustión de productos fósiles. Tampoco la tuve, cuando en los 70 se nos anunciaba el inminente peligro que suponía la superpoblación del planeta, que acabaría (decían) en una hambruna generalizada. Desde mi punto de vista, cada uno de estos anuncios siempre tiene detrás un fundamento económico y de distracción. Tal como pone en el Bus de la foto, probablemente el Cambio Climático no sea cierto así que, dejen de preocuparse y disfruten la vida. No tenemos nada más...

RAFAEL FABREGAT