6 de octubre de 2010

0170- MAL VAN LOS POLITICOS SI TOCAN LAS PENSIONES.

Soy de una inteligencia tan mediocre, que la política de Pedro Sánchez no la puedo entender. En mi cortedad podría entender que, presumiendo de que es un partido que dice desvivirse por los problemas sociales del pueblo, amparase con "pensiones sociales" a quienes no encuentran trabajo, o a quienes dicen no encontrarlo, o incluso a aquellos que, habiéndolo encontrado, no están dados de alta para beneficio de ambas partes. Sin embargo, aunque son bastantes menos, también los jubilados suman una cifra importante de gente (y de votos) por la que, quien manda (sea de izquierdas o de derechas) debería desvelarse, entre otras cosas porque también ellos han trabajado y cotizado durante toda su vida laboral y tienen derecho a una pensión digna, sin ya más mermas a las mediocres pensiones que actualmente cobran. Que apurado tiene que estar un gobierno, para arriesgar "el sillón", al robarles a los jubilados parte de sus pensiones... Pues las roban, ¡vaya si las roban!. La crisis no es del gobierno de Pedro Sánchez, claro que no, pero las desastrosas soluciones que se les ocurren para remediarla, si que lo son. Son unos incompetentes aferrados al poder que, si nadie lo remedia, situarán a nuestro país a profundidades insondables. ¡El Covid-19 nos faltaba...!

Mucho habría que hablar sobre muchas de las ayudas que, en algunos casos, están regalando a manos llenas sin tener ni un solo euro para ello. Hipotecando al país para futuras legislaturas, durante años y situando el déficit nacional a cotas nunca alcanzadas. No estaría demás que fueran vigilando a quien dan el dinero y especialmente el por qué de tantos ministerios y chusma que se lleva el escaso beneficio de los pocos que trabajan. La picaresca española no tiene límites, claro que los que han llegado de fuera son mucho peores y solo la mano dura de dirigentes que sepan controlar el gasto, podrá devolvernos a tiempos anteriores. Sobran pagas y dicen que falta trabajo; pero también sobran zánganos y faltan trabajadores de verdad. Lo que falta es la rentabilidad, no el trabajo. Uno puede entender que determinados productos industriales estén obsoletos, pero de la agricultura se ha comido siempre y se seguirá comiendo muchísimos años más. La comida que el campo produce sigue siendo importante y sin embargo ningún gobierno la apoya. La agricultura española está totalmente abandonada y nadie hace nada por recuperar su esplendor de antaño. 

Con esta situación, de abandono total por parte de los gobernantes, a nadie le interesa el duro trabajo del campo y menos aún si no tiene la rentabilidad deseada. Pues bien, cuando yo era joven el campo tampoco era rentable y (los que no teníamos nada más) lo trabajábamos y nos aguantábamos con lo que buenamente salía. Al final va a parecer que los que tenemos una cierta edad éramos imbéciles. Yo no lo creo así. Siempre hemos conocido gente que tenía que trabajar para vivir y otros que vivían sin trabajar. No es nada nuevo. Unos tenían fincas grandes y rentables y otros las teníamos pequeñas e improductivas. ¿Y qué podíamos hacer?... ¡Pues aguantarnos!. ¿Nosotros no teníamos derecho a la vida?. ¡Pues no, no lo teníamos!. No sé de que nos extrañamos. Desde que el mundo es mundo, unos comen carne con patatas y otros patatas con carne... ¡y otros, solo patatas!. ¿O no es así?. Hace cuatro días mal contados, hablando sobre el particular, algunos decían que ya nunca podría volverse a tiempos pasados... (?) Lamentablemente tengo que decir que, no solo se puede volver a tiempos pasados, sino incluso peores. 

Con el dichoso Covid-19 hemos llegado hoy a los 26.621 muertos en España. ¡Y los que faltan por sumar!. Y diré más. Si alguien tiene que evitarlo no va a ser Pedro Sánchez, ni Pablo Iglesias, ni nadie que les suceda. Son los sanitarios y los investigadores, en lo técnico, pero también nosotros con nuestro respeto a la enfermedad y nuestro trabajo para alejar la crisis de nuestro país, que es la de nuestras casas. Nadie lo hará por nosotros. Ya lo he dicho en otras ocasiones: los políticos no tienen máquina de hacer billetes. Su trabajo consiste en sacarlo de nuestras carteras y distribuirlo a su antojo. Unos lo hacen de una forma y otros de otra, pero no hay más. Gastar el fruto del trabajo de los demás... ¡por eso todos quieren mandar!. Que nadie se equivoque, la economía de un país la crean los empresarios valientes y capacitados, con la colaboración de trabajadores responsables. Sin esos dos elementos, no hay empresa. . La misión del político no es otra que la de observar la máquina y engrasar hacia el punto que considera pertinente para que la cadena productiva esté en óptimas condiciones. 

El político es el zángano de la colmena y el liberado sindical todavía más. La dificultad está simplemente en saber donde hace falta (realmente) la grasa. El liberado sindical es el superzángano, ni engrasa máquinas ni limpia el polvo, es sencillamente el vampiro que vive de la sangre que chupa al trabajador. Si el trabajo y los derechos del trabajador estuvieran
garantizados por ley, todos los miles de golfos que en este momento están viviendo del cuento sindical serían prescindibles. Si no hay pedidos de coches hay que fabricar motos y si no quieren motos, bicicletas. Nadie puede fabricar artículos que están obsoletos, sino lo que realmente se necesita. Y cuando un producto no es competitivo por cuestiones políticas, el gobierno debe contraatacar subvencionando su producción, a fin de mantener los puestos de trabajo y la rentabilidad industrial. Sería un dinero mejor empleado que regalarlo en ayudas sociales. La gente no quiere limosnas, quiere trabajo. Lo de pan para hoy y hambre para mañana, solo interesa a cuatro golfos miserables. ¿Cuantas cosas necesitamos adquirir de países extranjeros, porque no las tenemos en nuestro país?. ¿Muchas verdad?. Y bien... ¿Que nos impide fabricarlas a nosotros mismos?. Perdemos el tiempo en manifestaciones innecesarias, por una igualdad que está ganando terreno a marchas forzadas y descuidamos la sanidad, la agricultura y ganadería y a los autónomos, principal punta de lanza de nuestrom país. Es en estos sectores donde hacen falta las manifestaciones, pero claro, no hay nada hay más lesivo para una país que la ineptitud de sus gobernantes.

Claro que ellos no tienen la culpa. Nadie es culpable de no saber más. Los culpables son los que los eligen para que ocupen un sillón que no se merecen. Son simples distribuidores que no saben distribuir. Ellos lo hacen lo mejor que pueden, no saben más. En Francia (por no ir más lejos) con menos muertos, un paro muy inferior y jubilándose más pronto que los españoles le montan a sus gobiernos un montón de huelgas brutales. Aquí, ¿qué pasa?. Se gastan el dinero de todos sin ton ni son, arruinan el país y más de cuatro, incapaces de mover un pie un centímetro más allá de donde está el otro, nos conformamos con los miserables 426 euros que el gobierno nos regala y...¡a ver por donde sale el sol!. A holgazanear de aquí para allá y sin ningún interés en el futuro propio y menos aún en el del país. Pues bien, si eso es lo que quiere la mayoría, ¡adelante!. Pero quienes tienen esa actitud frente a la vida que no se quejen de su infortunio ni de la mala gestión del Gobierno. ¡Ellos son los principales culpables de estar en este callejón sin salida!. Que todo el mundo lo tenga bien claro... No es el Gobierno el que tiene que acabar con la pandcemia y con la crisis, ¡somos nosotros!. Los sanitarios curando, nosotros protegiéndonos y todos a una trabajando codo con codo por sacar al país adelante. Lo único que podemos pedir al Gobierno son medidas de apoyo para hacer rentable lo que no lo es y que muchas de las cosas que compramos fuera puedan seguir fabricándose dentro.

Dejemos pues la petanca para los viejos y pongámonos al trabajo. Ellos no moverán un dedo, los políticos no son los productores, somos nosotros. Y si después de gastarse en cohetes el dinero de todos los españoles e hipotecado el país hasta límites insostenibles necesitan recortar los derechos de los pensionistas para pagar al menos los intereses de sus despilfarros yo, que apenas soy capaz de hacer la "O" con un canuto, vaticino que este gobierno tiene los días contados. Y diré más... Si me equivoco y esto no es así, vaticino doblemente que la miseria volverá a nuestro país y con ella los desórdenes de todo tipo. Medio en serio y medio en broma, se dice que lo que no puede ser, no puede ser y (además) es imposible. ¡Pues, eso! Como todos hemos oído decir a nuestros mayores... ¡alguien ha de trabajar! y aunque esto nunca fue un problema hasta ahora parece ser que, de repente, nos hemos vuelto todos listos y hemos pensado ¡que sea otro el que trabaje!., ¿Acaso han de trabajar los viejos?
Pues bien amigos ¡allá cada cual!, pero advierto... los ricos pueden aguantar esta situación y muchas peores durante años. Sin embargo, los pobres...

RAFAEL FABREGAT

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